jueves, 30 de agosto de 2007

Academia de verano

Hay estudiantes que en junio, al recibir malas calificaciones, se dan cuenta de que han pasado el curso sin aplicarse en sus tareas y, durante el verano, reaccionan inscribiéndose en academias y, trabajando duramente, recuperan el tiempo perdido. En cambio, otros, y esto es bastante frecuente, en verano tampoco despabilan y, o no estudian o, muy pocos días antes de que comiencen los exámenes, se dedican a intentar engañar al profesor de turno, aplicando lo que se ha dado en denominar “el arte de copiar”.

Los hay que preparan chuletas, escribiendo en papel con letra diminuta las preguntas que consideran más probable que le caigan. También los hay que se dedican a escribir, utilizando folios de examen, las preguntas más importantes para luego, en un descuido del profesor, dar el cambiazo. Los hay verdaderamente dotados para hacer miniaturas y, con un fino puntero, son capaces de escribir en los planos laterales de los bolígrafos hasta la Biblia en verso. Y los hay (y en esto nos ganan a muchos profesores), capaces de aplicar las últimas técnicas de comunicación y utilizan el móvil para enviar desde el aula la fotografía con las preguntas del examen y, desde fuera, un amigo le va dictando las preguntas que recibe en un minúsculo audífono intrauricular dotado de tecnología “bluetooth”. (Si este método se perfecciona habrá que terminar poniendo en las aulas inhibidores de señal).

En el mes de julio apareció el borrador de la OCM de la vid y del vino y, fue evidente que, por no haber hecho la tarea a su tiempo, a nuestros gobernantes les habían dejado la asignatura para septiembre. El fracaso produjo el malestar que provocan los suspensos en las asignaturas importantes y, desde el Partido Popular, propusimos a nuestra Consejera de Agricultura ponernos a trabajar de forma inmediata, al unísono con ella y con las Asociaciones Agrarias, porque había que dedicarse a fondo, durante todo el verano, a cambiar un documento que se había elaborado sin pensar en los agricultores, y no nos podíamos permitir el lujo de no recuperar en septiembre una materia, la vitivinicultura, que afecta, sólo en Castilla-La Mancha, a más de 70.000 familias.

Para ello, pedimos su urgente comparecencia en las Cortes Regionales. Inexplicablemente desapareció y, hasta el día 26 de Agosto, en Tomelloso, prácticamente finalizado el periodo veraniego, no presentó las líneas de actuación que pretende que defienda nuestra Ministra de Agricultura en Bruselas.

Me di cuenta, por lo poco nuevo que aportó, que este verano no ha hecho las tareas, que ha estudiado poco, que no ha preparado la asignatura pendiente como para aprobar el día 12 de Septiembre, que es la fecha en la que viajará a Bruselas.

Una materia tan trascendental para nuestra región como es la vitivinicultura, debería haberla preparado inscribiéndose en la academia de las Cortes Regionales para estudiar a fondo, durante todo el verano, las opiniones de la oposición y de las Organizaciones Agrarias.

Aprobar con una profesora tan hueso como la Comisaria Fischer Boel es difícil y con ella no se pueden sacar chuletas ni dar el cambiazo. Puede que vaya pensando en utilizar el audífono con “bluetooth”. Lo malo es que hayan colocado inhibidores de señal.

viernes, 24 de agosto de 2007

Coger el toro por los cuernos

Durante sus 25 años de gobierno, los socialistas, por miedo a coger el toro por los cuernos, han pasado de puntillas sobre los problemas del Alto Guadiana (una zona de Castilla-La Mancha en la que se asientan más de 500.000 ciudadanos), y han aguantado (cuestión de votos) hasta que la situación se ha hecho insostenible. Hoy, el déficit de agua en los acuíferos de la zona es tal que el medio ambiente está totalmente deteriorado, y son muchas las familias cuya economía está en peligro por haberse embarcado en una Agricultura de regadío, cuya sostenibilidad no se ha tenido en cuenta.

La sobreexplotación de los acuíferos que afectan al Alto Guadiana se ha convertido en un Mihura pasado de años que, irremediablemente, el maestro Barreda tiene que torear y, no me extraña que, sólo de pensar en hacerlo, el miedo le llegue al tuétano.

Pretende, sin entregarse, lidiarlo según las directrices del Plan Especial del Alto Guadiana (el famoso PEAG) y, con la misma faena, conseguir la recuperación de los acuíferos, la de los humedales ligados a ellos y el mantenimiento de la actividad económica de la zona. Inexplicablemente, para lograrlo, propone que las extracciones, se reduzcan de 450 hm3/año (hay opiniones que dicen que son más de 600) a tan sólo 200, con lo cual, habrá que dejar de regar bastante más de la mitad de la superficie que se riega actualmente, y serán necesarios 25 años, justo los mismos que llevan los socialistas gobernando la región, para intentar que los Ojos del Guadiana y que las Tablas de Daimiel sean lo que fueron.

Cuando leo las apresuradas e insulsas respuestas que ha dado la Consejería de Agricultura a las alegaciones presentadas al PEAG, me da la sensación de que nuestro Presidente, como le faltan valor y ganas, quiere torear a mantazos, cuando debería hacerlo por naturales, que es la suerte con la que el engaño se reduce al mínimo. Debería hacer caso a los comentarios de la afición y, mirando al respetable, como los valientes, explicar: ¿Qué pasará con la agricultura del Alto Guadiana cuando la captación se reduzca de 450 a 200 hm3/año? ¿Es que los humedales, si esperamos 25 años se van a poder recuperar o, pasado tanto tiempo, el proceso es irreversible? ¿Qué va a ser de los agricultores y de sus familias que al limitar las extracciones no puedan regar? ¿Que será de la riqueza y de la creación de empleo que para los hombres y mujeres del Alto Guadiana proporciona la Agricultura de regadío? ¿Qué alternativas propone para mantener la actividad económica de la zona? Y, si, previsiblemente, la demanda de alimentos sigue creciendo y su producción desciende, ¿cuánto supondrá la política que propone en el incremento del coste de nuestra vida?

El maestro Belmonte decía que hay que torear sin prisa, parando, templando y mandando, en cambio, el maestro Barreda quiere hacerlo con prisa, de puntillas y sin dejar el número de las zapatillas marcado en el albero. Me temo que el ruedo se le va a llenar de almohadillas. Y, si así le ocurre al primer espada de nuestra región, toreando en Ciudad Real, su tierra, con todo a su favor, lo mejor será que vaya pensando en cortarse la coleta.

viernes, 17 de agosto de 2007

Vinos mareados

La mayor parte de los vinos generosos producidos en España recorrieron una ruta marítima hacia Inglaterra que se inició en Cádiz y Málaga fundamentalmente. Los fenómenos que ocurrían en estos vinos en los recipientes de transporte (toneles o botas) tienen mucho que ver con su perfil sensorial y con las actuales prácticas de elaboración y crianza.

Plinio, ya en el siglo I, hablaba de las excelencias de los "vinos mareados", diciendo que esos viajes eran los que les comunicaban el vigor al vino. Son, por tanto, vinos que evocan una tradición marinera y viajera descrita como nadie por intrépidos escritores ingleses, como Lord Byron. Es tal el aprecio que los británicos sienten por estos vinos que algunas bodegas jerezanas y sanluqueñas, en el siglo XIX, aún mantenían esta práctica cuando el cliente así lo exigía. Es más, los buenos whiskies escoceses presumen de su crianza en botas que antes contuvieron vinos de Jerez y de Sanlúcar de Barrameda.

Creo que la mejor forma de saborear estos vinos es conociendo, antes de llevarse la copa a la boca, la forma en la que han sido elaborados.

Déjenme que les cuente brevemente, a los que no lo sepan, cómo se elabora este vino. La vendimia es conducida hasta el "almijar" donde, en unos discos de esparto la uva se "solea" durante unas horas para que pierda humedad y de esa manera se enriquezca su contenido de azúcares. Tradicionalmente la fermentación se realiza en los lagares situados en los viñedos.

Pasados unos meses, los mejores vinos se "encabezan", o sea se les añade alcohol vínico, y aquí es donde yo quería llegar, este alcohol, obtenido por destilación, es el llamado alcohol de boca. Pero, antes de detenerme en él, permítanme que les concluya la elaboración. Los vinos son introducidos en botas de madera de roble apiladas, dejando un espacio en su interior vacío donde se desarrolla espontáneamente un "velo" de levaduras, que es una fina película sobre la superficie del vino en el que se producen una serie de transformaciones químicas. Por último, la crianza de estos vinos se realiza trasegándolos desde las botas situadas en la parte superior a las más cercanas al suelo que son las que contienen el vino más antiguo y de mayor calidad.

Volvamos al alcohol de boca. Habrán visto ustedes que una de las fotos del verano es la de José Luís Rodríguez Zapatero disfrutando de unas tortillitas de camarones y de una Manzanilla en Sanlúcar de Barrameda. Bueno, pues para que el Presidente pueda retratarse de la misma manera el año que viene, tienen que pasar dos cosas: primero, que gane las elecciones y segundo, que, en las negociaciones de la OCM del vino, defienda a ultranza las ayudas a la destilación, porque el alcohol vínico que había en esa botella de la foto viene de Castilla-La Mancha y sirve para elaborar un vino de hermoso apellido, generoso, que a nosotros, los castellanomanchegos, nos ofrece una salida comercial de primera importancia.

Que los vinos se mareen en un barco, como decía Plinio, me parece complicado, pero más difícil me parece que el año que viene Zapatero se tome unas sabrosas tortillitas de camarones acompañándolas de una Manzanilla, porque, para vivir en el Coto como un marqués, a todo tren, con vacaciones pagadas por los contribuyentes, y acercarse a Sanlúcar de Barrameda a saborear tan deliciosa combinación, tiene que ganar las elecciones y, con los tumbos e insatisfacciones que viene dando en su gobierno, es muy difícil que los españoles pongan de nuevo en él su confianza.

Que el vino generoso Manzanilla se siga elaborando con alcohol de boca procedente de Castilla-La Mancha depende de que en las negociaciones sobre la OCM del vino en Bruselas se siga apoyando la destilación.

Nuestra Ministra de Agricultura no puede tener otro objetivo en Bruselas, que ganar como sea, luchando, codo a codo con nuestra Consejera del ramo, para que la OCM del vino permita la destilación de nuestros excedentes, por ser ésta la única solución viable para una parte importante de los viticultores de Castilla-La Mancha. Si no lo consiguen la situación será muy grave para nuestra vitivinicultura y lo mejor será que dimitan o que las cesen. No puede haber otro modo de purgar semejante culpa.

Aunque, para mí que, conociendo a los responsables españoles de la negociación en Bruselas, es más que probable que la destilación de nuestros excedentes de vino deje de estar subvencionada, lo que para Castilla-La Mancha será una tragedia y para sus viticultores una crueldad. Acto seguido la Ministra y la Consejera de Agricultura justificarán su fracaso, como ha hecho la Ministra de Fomento con el caos de Cataluña, buscando un chivo expiatorio. Ellas continuarán en sus cargos y nosotros seguiremos deleitándonos con su incompetencia. Que lástima.